Tras una separación dolorosa comencé a adentrarme en el mundo de las terapias holísticas y la medicina alternativa (o complementaria). Y con el paso de los años comencé a sentir (y aún siento) que formaba parte de un sistema (educativo, entre otros) del que no me sentía parte.

Esto, unido a una vivencia traumática de la que logré salir por mis propios medios, me hizo encontrar mi propósito de vida. Siempre me ha gustado la docencia, lo que no me gusta es que “alguien” me indique lo que tengo que enseñar, además de la inútil burocracia que la profesión de docente implica.

Al mismo tiempo, siempre me ha gustado acompañar a otras personas para cambiar su situación, con sus propios recursos y con los recursos que tienen más a mano.

Así pues, decidí compartir con todo aquel que quiera recibirlo aquello que me ayudó a “salir del pozo”, aquello que conozco y que no quiero guardarme para mí sola. Llegados a este punto podría hablarles de todas mis titulaciones (que son muchas después de tantos años de preparación), pero ¿para qué? ¿de qué sirve estudiar si no se pone en práctica?. Prefiero ofrecerles mi propia experiencia basada, eso sí, en los conocimientos adquiridos.